domingo, 7 de octubre de 2007

Entrevista: El quiosco de Tinita

Por Vera Aranda

¿Cuál es su nombre?
Cristina Palma

¿Hace cuántos años tiene aquí su quiosco?
Hace treinta años ya. Empecé cuando tenía 21 años, y ahora ya tengo 51.

¿Le gusta trabajar en su quisco?
Si, lo que más me gusta es el contacto con la gente, atenderla lo mejor posible, me gusta el entorno del parque, de estar justo afuera del hospital –Hospital San Juan de Dios –, la gente que viene al hospital, los médicos también.

¿Usted abre el quiosco todos los días?
Si pue’, todos los días y todo el día, por ejemplo, de lunes a viernes abro a las 6 y los fines de semana abro a las 7. Hasta para el dieciocho trabajé, porque la gente nunca deja de venir al hospital, y donde estoy aquí afuerita, siempre hay gente que viene, y a la quinta normal que está al frente igual.

¿Trabaja sola o alguien la acompaña?
Trabajo con mi hijo que tiene 30 años, iba a estudiar comercio exterior pero prefirió quedarse trabajando conmigo.

¿Le ha pasado algo característico en todos estos años?
Si, han pasado millones de cosas, por ejemplo algo que siempre pasa y que las primeras veces fue extraño, es que a veces las matronas del hospital mandan a las señoras a darse unas vueltas afuera, a caminar, y en ese ratito algunas señoras se ponen a tener a su hijo, entonces he tenido que hacer hasta de auxiliar, para tratar de ayudar un poco dentro de lo que pueda.

¿Pero a lo largo de estos 30 años, sólo ha tenido buenas experiencias?
Me han pasado cosas muy buenas, que son las que más destaco y lo que más han marcado todo el tiempo que llevo aquí. Pero también siempre están las cosas malas que pasan, este año nos robaron tres veces. La última vez fue en mayo. Nos abrieron el quiosco en la noche, nos rompieron el candado, todas las latas, y se llevaron toda la plata y todas las cositas que vendo, hasta lo más mínimo. Pero de a poco se tiene que salir adelante, y ahí con fuerza, con mi hijo fuimos llenando de nuevo el quiosco con mercadería, y si ve, tengo bien variado, hasta empanadas y tecito tengo.

¿Y a usted le tienen algún apodo?
Es que donde me llamo Cristina, me dicen la tinita, pero últimamente donde engordé me dicen chanchita –ríe –.

Me imagino que con tanto tiempo aquí, ha visto crecer a mucha gente ¿Es así?
Claro!, por ejemplo aquí yo he visto a algunas personas que primero he conocido a la mamá, después a los hijos y después hasta a los nietos.

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